martes, 14 de abril de 2009

Secreto no. 99 del viajero mochilero

Cuando nos pies ya no puedan, buscar un parque agradable, si se está en Viena, buscar esa sección del parque en donde sí se esta permitido recostarse. Una vez que el parque haya sido localizado, buscarse un buen lugar a la luz del sol. Muy importante: antes de pisar el pasto, quitarse tenis, calcetines, chanclas, lo que se lleve puesto. Con pies desnudos, sentir la frescura del pasto y dirigirse a ese punto encontrado. Una vez alli, sentarse, quizá leer, quizá escribir, cuando los ojos ardan y pesen, recostarse. Es importante que los pies siempre esten en contacto con el pasto. Lo largo de la pausa no es importante, siempre hay quienes necesitan mas, siempre hay quienes necesitan menos. Cuando se sienta que se puede continuar... continuar. Es muy importante que los calcetines del viajero ya esten secos antes de continuar.
Cuando empiece a caminar, notará que ese dolor que sentía en sus pies habrá desaparecido y podrá caminar como si no hubiera estado cominando ya durante una semana entera.

***

Lieb Liebchen, leg's Händchen aufs Herze mein;-
Ach, hörst du, wie's pochet im Kämmerlein?
Da hauset ein Zimmermann schlimm und arg,
Der zimmert mir einen Totensarg.

Es hämmert und klopfet bei Tag und bei Nacht;
Es hat mich schon längst um den Schlaf gebracht.
Ach! sputet Euch, Meister Zimmermann,
Damit ich balde schlafen kann.

Heinrich Heine, Buch der Lieder

1 comentario:

Manuel de Jesús dijo...

¡buena técnica!Sólo esperemos que no haya hormigas