
Ella se deja caer sobre la cama, desnuda, temblando, excitada. Él la sigue. desnudo, ansioso, enamorado. Ella se inclina y le ofrece sus labios. Él los besa y se pierde. Ella mira hacía el techo, lo ve y no lo ve. Mira su sombra estampada. Lo siente en las cicatrices del corazón. Ha desaparecido y está sola, desnuda, sola en una cama de pétalos marchitos, de huellas imborrables, sola en una cama obscura y profunda, una cama pasada, de olvido. Ya no está con él, está sólo con el recuerdo.
Él es un desconocido ahora y el otro, el primero quizá, llega desde el fondo del recuerdo, desde el fondo de la cama de pétalos marchitos y rancios, cubierta de polvo y olvido. Viejas sensaciones regresan renovadas a marcar nuevamente su piel.
El desconocido la acaricia suave, delicadamente. Con su mano recorre su cuerpo que tiene en frente. Su roce se convierte en el roce del recuerdo y él está presente, acariciándola nuevamente. Los besos del desconocido abren en su piel la sensación de esos besos pasados. Cada parte del cuerpo tocada es despertada al recuerdo. De repente él es sus suspiros, sus gemidos, es el vaho en la ventana, es la sombra proyectada en la pared, es el halo de la vela encendida,,es el sudor del desconocido que una vez más baña su cuerpo. La historia se repite en su cuerpo mientras un desconocido le hace el amor y la cree suya, enteramente suya.
El desconocido duerme tranquilo, agotado sobre su pecho, abrazándola. Ella, boca arriba, con los ojos abiertos, percibe su olor y se da cuenta de que tan lejos está del pasado; respira aún agitada. ¿Cuántas veces más sufrirá el recuerdo? A veces se pregunta si es posible amar nuevamente o si es posible amar a otro. Porque ella ama, sigue amándo(lo). ¿Cuántas veces más lo amará? ¿Cuántas veces más le hará el amor en brazos de un desconocido?
Siempre una sombra, una presencia únicamente.
Una proyección en la pared, en la cortina.
Un reflejo en el espejo, en la ventana, en el fondo de los ojos de cualquiera.
Nunca lo dejó ir.
Espera que el tiempo transurra,
espera que cada vez la aleje más y más del principio
y que la acerque más y más al final.
I am slow as the world. I am very patient. (S. Plath).
Él es un desconocido ahora y el otro, el primero quizá, llega desde el fondo del recuerdo, desde el fondo de la cama de pétalos marchitos y rancios, cubierta de polvo y olvido. Viejas sensaciones regresan renovadas a marcar nuevamente su piel.
El desconocido la acaricia suave, delicadamente. Con su mano recorre su cuerpo que tiene en frente. Su roce se convierte en el roce del recuerdo y él está presente, acariciándola nuevamente. Los besos del desconocido abren en su piel la sensación de esos besos pasados. Cada parte del cuerpo tocada es despertada al recuerdo. De repente él es sus suspiros, sus gemidos, es el vaho en la ventana, es la sombra proyectada en la pared, es el halo de la vela encendida,,es el sudor del desconocido que una vez más baña su cuerpo. La historia se repite en su cuerpo mientras un desconocido le hace el amor y la cree suya, enteramente suya.
El desconocido duerme tranquilo, agotado sobre su pecho, abrazándola. Ella, boca arriba, con los ojos abiertos, percibe su olor y se da cuenta de que tan lejos está del pasado; respira aún agitada. ¿Cuántas veces más sufrirá el recuerdo? A veces se pregunta si es posible amar nuevamente o si es posible amar a otro. Porque ella ama, sigue amándo(lo). ¿Cuántas veces más lo amará? ¿Cuántas veces más le hará el amor en brazos de un desconocido?
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Siempre una sombra, una presencia únicamente.
Una proyección en la pared, en la cortina.
Un reflejo en el espejo, en la ventana, en el fondo de los ojos de cualquiera.
Nunca lo dejó ir.
Espera que el tiempo transurra,
espera que cada vez la aleje más y más del principio
y que la acerque más y más al final.
I am slow as the world. I am very patient. (S. Plath).
2 comentarios:
O_o ¡órale!
Buen post. Intenso, muy intenso.
Victoria (no lo pude publicar de otra manera que no fuera por medio de la opción "Anónimo")
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