domingo, 9 de septiembre de 2007

das Meer



"We are of the going water and the gone.
We are of water in the holyland of water
and all that's to come runs in
with the thrust on the strand."
-Kate Bush-

He planeado un viaje a la playa. Quisiera irme en enero, cuando han terminado los compromisos familiares y aún podemos disfrutar de un mes de vacaciones. Una semana quizás, acaso menos porque no sé cuánto dinero pueda juntar para entonces. Quisiera irme sola. Quiero alejarme de todo. Quiero estar frente a frente conmigo. Quiero reconocerme a través del reflejo que el mar me pueda ofrecer. Quisiera perderme en el mar. Lo he imaginado. Salir a dar un paseo por la playa cuando ésta aún se encuentre vacía (¿existe ese momento?) Me imagino titiritando bajo la brisa matutina. Imagino un cielo nublado y un mar infinito frente a mí. Contaría cada una de mis cicatrices, las que me han hecho y las que yo misma me he hecho. Entre cicatrices viejas (ya no hay ninguna nueva), intentaría encontrar el lugar en donde todo se dislocó. ¿Cuál fue mi primera cicatriz? Me imagino recostada en la arena húmeda, viendo en el cielo la película de mi vida. Quisiera discernir entre mis aciertos y errores para poder comenzar de nuevo. No nadaría, sólo flotaría; no me gusta nadar como antes creí, lo que me gusta es flotar y abandonarme en el agua, lo que me gusta es vadear el agua y sentir esa caricia acuosa en la piel, que se resbala y que al mismo tiempo te detiene. Caminar hasta lo más profundo del mar, hasta que ya sea imposible regresar y allí, en medio del infinito, encontrar una tumba. Imagino que sentiría desesperación y en vano intentaría encontrar mi camino de regreso; las olas ya se habrían llevado mis huellas. Desierto líquido. Esa es la tumba que quiero. No quiero estrellarme contro el concreto, no quiero ya sentir el acero en mi piel. Irme del mundo flotando, eso es lo que quiero. Antes de morirme, daría un último vistazo a mi reflejo en el agua. Esa fuí yo...

6 comentarios:

jf.yedraAaviña dijo...

Lidia: definitivamente tienes que hacer ese viaje… suena muy bello eso de contar cicatrices en la playa… alguna vez he pensado que morir en el agua ha de ser de las muertes más desesperantes, pero a la vez debe ser de las más estéticas… buena forma de decir adiós… o simplemente de irse sin decir nada… un cuerpo flotando será el adiós…
Hoy mismo platicando con alguien llegué a la conclusión de que cuando muera quiero que me quemen y me tiren a la basura… que tomen lo que en mí sirva y lo que no, pues habrá que desecharlo… en fin… me parece más bella una muerte húmeda que una incineración…

Lidita: No vayas!! Y si vas, por favor regresa!!

Hamletmaschine dijo...

Hola Lidia

Estuve un tiempo voluntaria e involuntariamente sin internet, tanto por falta de dinero como por reajuste introspectivo. Pero vaya, que agrado reencontrarse con tus percusiones de atisbos.

Pensando en que quizás todo comenzó allí, toda vida, esto que sugieres es como un retorno al origen, un viaje iniciático para realizar la última pregunta.

Mil gracias por las palabras de aliento, en su momento, ya todo está en orden.


Saludos.

jmbonilla dijo...

Nunca he podido. Dejo de sentir el golpe de las olas, el más fuerte,el del principio, después dejo de sentir arena en mis pies y la presión llega a mis pulmones. Zambullirse, nadar un poco para alejarse, salir a la superficie y parpadear varias veces para retirar el agua de los ojos. Por fin flotar y sí el sol calentando la sal en mi cara. Nubes y el paisaje en dos. Pensar, irremediablemente. Sin distracciones.

Todavía el miedo de alejarme más, siempre regreso.

Suerte Lidia, sería un buen viaje.

Diana dijo...

Describiste a la perfección una de mis fantasías; incluyendo la forma de morir, que resulta de lo más romántica, todo es perfecto.

Anónimo dijo...

Me pregunto si queda en nuestras manos decidir qué es lo que pasará con nuestros cuerpos una vez la vida se haya ido...

Concuerdo con Yedra, la muerte en el agua es una de las más estéticas, pero también creo que debe ser una de las más desesperantes. No lo sé, tal vez llega un momento en el que ya no deseas morir e intentas luchar por continuar viviendo, pero ya es muy tarde, el cuerpo se encuentra agotado y no sigue los impulsos del alma.

Como muerte simbólica es muy bella la imagen. Entras al mar después del recuento de las heridas pasadas y las dejas ahí a que se hundan en el mar, a ser arrastradas por las olas.

Un abrazo.

Lidia dijo...

Yedrita!!: pues no se preocupe usted, voy a regresar enterita....

Hamlet: En ese inicio mismo estaba pensando al escribir eso, pensarse en el útero, flotando.

Juanito: a pues sí sería buen viaje. Me imagino que me pasaria lo mismo, regresaría, siempre, por miedo.

Diana: mira nada más, así que también se te antoja morir así.

Victoria: Creo que todo suicidio es desesperante. Si te cortas, te arrepientes de que tanta sangre esté saliendo de tu cuerpo, si te tomas pastillas quieres vomitarlas, revertir el efecto. Claro que en estos casos algo queda por hacer. Si en medio de la nada te cansas... ya valiste.